Es indudable que estamos
atravesando un período de crisis económica a nivel mundial desde hace ya una
buena “pechá” de años. Pero lejos de ser alarmistas y anunciar el apocalipsis y
el fin de los tiempos, debemos tener presente que esto es algo que ya ha
ocurrido en la Historia de la Humanidad en repetidas ocasiones.
Como todo es cíclico en
esta Vida, la economía no iba a ser menos. Así que sin entrar a analizar si el
capitalismo ha fracasado o está obsoleto y hay que buscar otro sistema
económico o si todo esto no es más que una maniobra de quienes nos gobiernan
para ejercer un mayor control sobre la población y crear un nuevo orden
mundial, van a permitirme queridos lectores que hoy haga un análisis de esta
situación dándole un enfoque distinto a todos los hasta ahora dados.
Como decía, la crisis que
estamos atravesando no es nueva. De hecho, la primera crisis de la que tenemos
constancia fue la que se produjo entre Adán, Eva y Yahveh. Y es que ya se sabe,
tres son multitud….
¿Cómo dices? ¿Qué esta no
fue una crisis económica ni laboral?
¿Seguro?
Puede ser que no lo fuera,
pero esta crisis, fuese del tipo que fuese, trajo consigo la aparición del Trabajo
Y es que hasta ese
momento, todo era un “paraíso”. Adán y Eva no tenían que trabajar y tenían todo
lo que quisieran a su disposición.
Tenían todo salvo una
única cosa. Solo una única prohibición se les impuso. No podían comer los
frutos de un único árbol de todo el Edén. Al parecer eran manzanas
Y aquí Yahveh, no hizo
fama a su nombre, porque ver lo que se dice ver, no la vio venir. Como buen
Padre, debería haber sabido que si quieres que tus hijos no hagan algo no les
diga, “eso no”……porque antes terminan haciéndolo.
Y más cuando tienes un
rival de la talla de Luzbel, quién tomando la apariencia de una serpiente
sedujo a Eva para que comiera la dichosa manzana. Menos mal que adoptó la forma
de una serpiente para seducirla y no la del marido de Elsa Pataky, Chris
Hemsworth, porque entonces Eva no se hubiese comido una manzana, sino una frutería
entera
Y por ese motivo, pasamos
de estar de vacaciones perpetuas a tener que trabajar, ya que como castigo
Yahveh inventó el trabajo. Sí como lo oyen, el trabajo fue invento de Yahveh,
que en una rabieta que se cogió, no se lo pensó y nos castigó con el Trabajo por
los siglos de los siglos. “Ganarás el pan con el sudor de tu frente” le dijo a
Eva y a Adán y después aplicó el “causa causae est causa causati” (la causa de
la causa es causa de lo causado), ya que desde entonces tenemos que ganarnos el
pan con el sudor de nuestra frente, aunque es cierto, que hay otros que se lo
ganan con el sudor del de enfrente.
Y como el hombre siempre
se ha movido por intereses, evidentemente, los conflictos no tardaron en
surgir.
El primero de ellos y más
sonado, fue el de Caín, quien por media docena que huevos que su hermano Abel
le debía (ya que se los ofreció en ofrenda a Yahveh) le aplastó la cabeza con
una piedra.
La cosa continuó de mal
en peor, teniendo su culmen justo con la aparición del Homo Sapiens.
El Homo sapiens apareció
en un período en el que estaba cómodamente asentado el Homo Neandertal. Ambos
convivieron al principio de manera pacífica ya que el Neandertal consideraba al
Sapiens como el “informático” de la empresa. Un ser callado, que apenas llama
la atención y aparentemente inofensivo, y que no representaba una amenaza seria
para su hegemonía. Pero a la postre, resultó ser que el “informático” era más
listo que el hambre.
Y ya se sabe lo que
ocurrió, el sapiens, le dio coba al Neandertal y logró hackear la escala de la
evolución, echando de la misma al grande pero “corto” Neandertal, quién cuando
se vino a dar cuenta de lo que estaba ocurriendo, sólo le dio tiempo a decir ”Homo
Sapiens, no sapiens tú na”
Fueron pasando los siglos
y llegamos a otra gran crisis. En esta ocasión se produjo en el Antiguo Egipto.
Aquí asistimos a la invención de las comisiones por las adjudicaciones de las
obras. De oro se hicieron los faraones. De hecho, en la época era muy común que
prácticamente toda la Corte, del Faraón de turno, terminara viéndose “envuelta”
en distintos casos de corrupción por estas cuestiones.
Pero fue Roma. La eterna
y esplendorosa Roma, como no podía ser de otro modo, la que provocó una auténtica
revolución en el mundo laboral. Los romanos fueron los primeros en “retribuir”
al trabajador. El trabajador trabajaba y cobraba mensualmente…... (¡ay qué
tiempos aquellos en los que se cobraba cada mes!)
Inventaron la nómina, que
ellos llamaron salario, el cual se abonaba a los trabajadores en función de la
categoría que éstos tuvieran en el convenio colectivo de aplicación. De esta
forma el trabajador cobraba o bien en sal gorda o en sal fina. Los esclavos,
como al parecer sufrían todos de tensión alta, no cobraban.
Llegó el Medievo y con
él, llegaron los grandes impuestos. El señor feudal llegaba a tu casa y se
llevaba tus pollos de campo, tus cereales, tomates, leche, cerdos…… y hasta tus
huevos si quería.
Y así nos plantamos en
1492, cuando un tal Cristóbal Colón nada más bajarse del barco con el que llegó
al Nuevo Mundo, lo primero que hizo fue negociar con sus inocentes habitantes,
cambiándoles toneladas de oro y chocolate por catarros y un catecismo.
Fueron pasando los años y
la riqueza seguía estando en manos de unos pocos, por lo que llegamos a otra
crisis muy gorda que acabó en 1789 con una Revolución.
En Francia los pobres
hicieron la Revolución. El pueblo se levantó y rodaron cabezas, pero poco
después apareció Napoleón Bonaparte, quién como todos sus antecesores, en lugar
de llevarse una parte, le dijo a su pueblo: “yo pares, tu nones y la Corona
“pa” mis coj…….”. En definitiva, se coronó Emperador y se quedó con “to”
Luego vino la Revolución
Industrial y trajo consigo el Capitalismo. Y con él, el trabajo en cadena y el
reloj para picar. Y gracias a esto, tenemos la demostración palpable de la
consagración del Homo Sapiens Sapiens como evolución de su hermano el Homo
Sapiens.
El Sapiens al cuadrado,
al ver la cadena de trabajo, lo tuvo muy claro y dijo “Si a trabajar con un
horario laboral”, “sí a trabajar en cadena”, “si a todo”, pero a cambio “yo me
hago líder sindical”. Y es así como surgieron los Sindicatos, quienes junto con
los Empresarios iniciaron una relación de forzado entendimiento y de esta forma
el trabajador……. siguió picando a la entrada y a la salida.
Posteriormente, se
inventa el Marxismo (de Carlos Marx) como intento para repartir las riquezas,
ya que ésta, seguía estando en manos de los mismos. Pero este sistema también
resultó ser un fracaso porque siempre el que parte y reparte se queda con más y
mejor parte
Luego vino la crisis del
29 en la que a muchos banqueros se les fue la “olla” y se tiraban en Wall
Street desde un balcón. En la crisis de ahora como no se tiran, vamos a tener
que darles un buen empujón.
Como veis las crisis no
son nuevas, han existido desde que el Ser Humano puso sus pies sobre la bendita
y paciente Gaia. Por eso mismo, ¿Qué hacemos? ¿Seguimos buscando culpables a la
misma o apretamos los dientes e intentamos superarla como mejor podamos?
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