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sábado, 9 de abril de 2016

El once de gala de una empresa competitiva

Hoy quiero hablar de una de mis pasiones, el fútbol. Reconozco que me encanta este deporte desde que casi gateaba por el salón de casa de mis padres. Pero voy hacerlo, desde la óptica del mundo laboral, ya que el fútbol aporta una gran lección al mundo empresarial, como es el trabajo en equipo.

Once jugadores, una competición, un objetivo marcado por el club, o los aficionados, y un entrenador que debe guiar a sus futbolistas hacia las metas fijadas. Unos trabajadores, un mercado y unos rendimientos que hay que perseguir y un directivo que debe conducir al grupo a lograrlos. No hay demasiadas diferencias en estas premisas que resumen el fútbol y la vida de una empresa. 

Ambos son equipos que deben aprender a llegar al éxito.

Lo primero que necesita cualquier equipo de fútbol para ser considerado como tal, es tener claro qué les une, cuáles son sus objetivos comunes y a partir de éstos buscar a las personas idóneas que configuren un equipo competitivo. 

Por tanto, una empresa igual que un equipo, necesita en primer lugar, fijar sus objetivos y así configurar un plantel de trabajadores/jugadores. Sin ellos no hay nada que hacer. Es el primer activo de toda empresa. 

En segundo lugar, se necesita la satisfacción del cliente, del consumidor final, de los aficionados al equipo. 

¿Y cómo conseguimos satisfacer a los clientes/aficionados?

Alineando siempre un once de plenas garantías. Y éste es el once de gala que todo buen equipo debe alinear:



Con el dorsal número 1, trabajo. Sin trabajo no hay resultados. Y en fútbol ese trabajo se realiza durante la semana, entrenando. Si no se entrena, si no se trabaja, los resultados deseados no llegan. Hay que tener disciplina, cultura del esfuerzo. Si en el deporte es entrenar, en la empresa es prepararte, formarte

Además con ese entrenamiento conseguimos algo fundamental para que un equipo brille, coordinación (dorsal número 2). En el fútbol como en la empresa, si no hay coordinación, el trabajo no sale bien, ya que cada uno reacciona a su manera y de esa forma se produce desorden, descontrol. Por ejemplo, imaginemos que en una defensa hay jugadores que salen a hacer el fuero de juego y otros se quedan y no lo hacen. Resultado: un desastre

Dorsal número 3, estrategia. Un equipo sin estrategia hoy en día no sobrevive en las grandes competiciones. Es fundamental. Como en una organización. Si no se dispone de un Plan Estratégico el equipo de trabajo va dando palos de ciego sin saber muy bien donde dirigirse. Saber planificar para no tener profesionales saturados, eso lo hacen cada día entrenadores y preparadores físicos, pero también deben hacerlo los empresarios

Dorsal número 4, liderazgo y asignación de roles. Un equipo de fútbol funciona si trabaja como tal, como equipo. Y como en todo equipo, cada integrante del mismo tiene una función. Ni todos pueden atacar, ni todos defender, ni todos pueden pretender ser la estrella. Hay quienes atacan y quienes defienden. Como en una organización hay quien hace una tarea de soporte, y quien está como mando intermedio. Todos importan, sin el que defiende el que marca goles no los podría marcar. Todos cuentan. Los éxitos son comunes.

Otro elemento fundamental en un equipo es el compromiso, (dorsal número 5). Es imprescindible.  Podemos tener a los mejores en cada puesto, pero hay que "sentir los colores". Si en nuestra empresa tenemos a jóvenes talentos y gente brillante, sin compromiso vamos a la deriva. El compromiso es fundamental, ya que todos tenemos limitaciones, no todos regateamos, lanzamos penaltis, cabeceamos, achicamos, etc....o dicho de otra manera, no todos sabemos de gestión de nóminas, de contabilidad, de informática. Debemos tener individuos en nuestro equipo que suplen sus limitaciones con compromiso. 

Con el dorsal número 6 aparece, una Vida saludable. Sería inconcebible para cualquier aficionado al fútbol que los jugadores de su equipo no se cuidaran para estar al máximo en cada partido. En el seno de una empresa es lo mismo. O nos cuidamos, o no damos lo que debemos dar. Hay que cuidarse.

Otra pieza clave en un equipo es el Respeto (dorsal número 7). El respeto debido a los compañeros en un equipo es primordial como también lo es en una organización. Perder este respeto quiebra todo el trabajo realizado.

Es muy importante cuidar a los jugadores para que lleven a cabo su cometido de la mejor forma posible. Los jugadores deben estar contentos. Y no me refiero a que continuamente haya que estar primándolos o mejorándoles los contratos, sino que a partir de una correcta gestión del vestuario se reconozcan los logros, se les de ánimos a los que participan menos haciéndolos partícipes de los triunfos y logros como los que más y por último cuidar de no satanizarlos cuando las cosas van mal. Esto que se ve tan claro cuando hablamos de futbol por desgracia no se aprecia como necesario en una empresa cuando debería ser justo todo lo contrario. La psicología con el dorsal número 8, se presenta como determinante

De vital importancia es tener un buen 9 y éste es la comunicación. No sólo en un equipo de fútbol, en una empresa y en nuestra vida personal también. Mantener una franca comunicación con los equipos de trabajo evita cualquier clase de problemas o como mínimo los suaviza. 

La motivación es el dorsal número 10 que todo equipo debe tener imperiosamente. Es uno de los más importantes en la gestión de personas dentro de una organización. Un equipo de futbol desmotivado no conseguirá ninguno de sus objetivos aunque tenga en su plantilla a los mejores jugadores posibles.  Lo mismo en la empresa. Si bien la recompensa monetaria (salario, primas) es la más importante para vivir, existen otro tipo de motivaciones mucho más potentes en lo que hace referencia a la satisfacción laboral y la alineación de los valores corporativos con los empleados.

Por último, y no por ello menos importante, con el dorsal número 11, la Pasión. Todo lo dicho hasta ahora, sin pasión por lo que uno hace, es como no tener absolutamente nada. La única manera de sacar algo hacia adelante es con pasión 


Y todo ello dirigido por un buen entrenador/empresario, con fuertes convicciones, capaz de saber sacar el máximo rendimiento a sus jugadores, con una propuesta atractiva y dispuesto a trabajar como uno más asumiendo la responsabilidad grupal de su plantel

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